Con una sorprendente puntualidad comenzaba el pasado lunes a la hora prevista el concierto de Train en la Sala Penélope de Madrid. La banda norteamericana, que llevaba años sin pisar nuestro país, presentaba en directo su quinto álbum 'Save Me San Francisco', con el que han conseguido un disco de oro en Estados Unidos.
Durante más de una hora y media, Train repasó prácticamente todos los éxitos de su carrera y los temas de su disco actual. Un reparto muy bien estudiado que alternaba temas nuevos como 'If It's love', 'Parachute' o 'I Got You’, mezclados con temas de sus discos anteriores como 'Get To Me', 'Meet Virginia' o una versión country de 'She's On Fire'. La euforia llegó con la interpretación de 'Calling All Angels' y cuando el vocalista Patrick Monahan, a pleno pulmón y sin micro cantó la balada 'When I Look At The Sky', que puso la piel de gallina hasta a los del fondo de la sala.
Se notaba que se encontraban a gusto y los fans, aunque no llegaron a completar el aforo, se entregaron al completo al ritmo de sus canciones, a caballo entre el pop/rock y el country. La interacción entre la banda y el público fue insuperable: desde hacer subir a chicas al escenario para cantar con el vocalista Patrick, hasta preguntar a los fans qué temas querían escuchar y lo más sorprendente, bajar del escenario para cantar ‘Marry Me’, su último single, en medio de la multitud, al tiempo que se hacía fotos con los fans y firmaba discos. Ayudado por el bajista Héctor Maldonado, de origen hispano, que hacía de traductor, Monahan intentó en todo momento que le entendiéramos para que la complicidad fuera absoluta.
Para terminar el show, interpretaron 'Hey, Soul Sister', el tema que les ha devuelto a la actualidad, 'Drops Of Jupiter', su mayor éxito, que les valió 2 grammy en 2002 y 'This Ain't Goodbye', que se perfila como nuevo single.
David Vidal Sans
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